Hace una semana exactamente, trascendió la noticia de que una serie de grupos, convocados a través de un blog en Internet, se había puesto de acuerdo para «expulsar» a todos los «emos» de Querétaro y así recuperar espacios que les habían sido arrebatados, según ellos, a metaleros, skatos y otros grupos que han existido desde hace mucho tiempo.
A esta convocatoria acudieron poco más de 1,000 jóvenes y encontraron a un grupo de 5 emos a quienes agredieron. Los convocantes fueron específicos al pedir que se llevaran cuchillos, cadenas, bates, o cualquier otro instrumento contundente para llevar a cabo su cometido.
Inmediatamente salieron esas voces moralistas que buscan, ante todo, echarle la culpa al gobierno por no promover actividades de convivencia para la juventud y cosas por el estilo, provenientes de gente que está más ocupada por salir en los medios que por ver qué está pasando, incluso en sus propias casas. Atención, no quiero que se entienda que estoy a favor de golpear emos, el acto es reprobable y se debe buscar que no vuelva a suceder, pero el hecho es que esta idea ya se está extendiendo a nivel nacional, principalmente a la ciudad de México, donde ya se están poniendo de acuerdo para ir a marakearse a los emos que se reúnen en la glorieta del metro Insurgentes.
Yo no recuerdo una tendencia así, por lo menos en mi corta vida. Si bien el chavo «banda» o el «punk» o el «metalero» o el «skato» siempre han sido asediados por la policía, por su facha de malandros, ningún otro grupo se había tomado la molestia de reunirse contra otro. Ocasionalmente se daban peleas entre algunas bandas de skates contra metaleros, pero estaban precedidas de revalidades de otro tipo, como territorios o problemas más específicos (uno le había bajado una vieja al otro o algo así).
Ahora, debo aclarar, esa figura esquelética, con el pelo como baba tapándole un ojo, vestido de negro con pantalones pegados, contrastado con colores como el morado o el rosa, que usan chamaritas con gorrito, se delinean los ojos, se maquillan para parecer pálidos, siempre ven hacia abajo y no se despegan del celular, no son emos. Son, si acaso, pseudo-emos, lo que en otras corrientes (como el metal) se conoce como POSERS. Sí, el metalero POSER era aquel que se vestía como metalero, actuaba como metalero, pero regresaba a su casita, obedecía a sus papás, iba a misa los domingos con el pelo relamido, camisa fajada y pantalón de vestir, osea, que sólo posaba para parecer metalero, pero no entendía al metal, y con trabajos lo conocía.
¿Qué es EMO?
A finales de los 80 nace el movimiento emo como parte del «hardcore punk», pero haciendo énfasis en variadas emociones y estados de ánimo, buscando transmitirlas al oyente mediante cambios radicales en el ritmo de las canciones (sonidos apacibles y melódicos combinados con desplantes punk). Los grupos de emo-core están en contra de lo comercial, al grado de que no hacen camisetas de sus grupos ni nada de merchandising y sus conciertos tienen generalmente precios más bajos que los demás.
Como podemos ver, en la actualidad lo que conocemos como «emo» no tiene nada que ver. Que te guste PANDA o My Chemical Romance no te hace emo. Mucho menos tener posters de Avril Lavigne. El «emo» que conocemos viene a ser una versión descafeinada del movimiento emo original, avocado a hacerse el mártir, pero con ropa de marca y el último y más avanzado celular.
Lo que hoy estamos viendo, no tiene que ver nada con el movimiento emo. En Estados Unidos, a esta nueva corriente se le ha llamado «emobop», «mall emo» (de centro comercial), «Mainstreamo» o de plano «fake emo». Ninguna de las bandas como My Chemical Romance, Blink 182, Panda, Panic! at the Disco, Fall Out Boy, 30 seconds to mars, From Fist to last, The Devil wears Prada, Underoath o The Used mantiene ninguna similitud con musica, ética, letras o estilo del movimiento emo original. Más bien, son grupos que, usando el merchandising, se han aprovechado de ese vacío de liderazgo musical para vender discos y llenar conciertos, plagiando el nombre de un movimiento que surgió de manera natural y auténtica como un derivado del punk.
Algunas bandas que sí son emo original son:
Rites of Spring, Embrace, Fugazi, Shuder to Think, 7 seconds, One last wish, Beefeater, Grey Matter, Fire Party, Moss Icon, Jawbox, Burning Airlines, Sense Field, Sunny Day Real Estate (SDRE).
Este último, a mediados de los 90 pone ya las bases del emo en plenitud, y de éste nacen grupos como Mineral, Texas is the Reason, Christie Front Drive, The Promise Ring y Braid. La verdadera historia es que a finales de los 90s el movimiento emo se extinguió, viendo la luz por última vez con Jimmy Eat World.
La siguiente es una foto de «Rites of Spring», los iniciadores del movimiento emo, con un look muy pegado al punk:
Dentro del mismo género original, están «Shudder to think». Como vemos en la foto, ninguno tiene cara de «me quiero morir», son un grupo de música y ya:
Otros, «Texas is the reason», demuestran que el emo original no significaba lo que hoy, los fake emos, creen que significa:
Y en la siguiente podemos ver a «Sunny Day Real Estate», quienes, según dicen, solidificaron el efímero género emo:
Y estos son dos grupos de Fake-emo, «Panic! at the Disco» trae un look super elaborado, con cortes de estilista. La camisa el tercero no tiene nada que ver con los looks de los emos originales, así como el peinado del último, que parece que vio una foto de «Dulce María» de RBD y dijo: «me quiero ver igual» (lo lograron):
Y dePanda ya no digo nada, ya tengo otro post que los describe muy bien:
Así que la verdad es que no odiamos a los emos, sólo a algunos puede molestarnos el movimiento «fake emo» que anda por las calles ahora, porque simplemente no se siente original, se percibe demasiado prefabricado y sin sentido. Para no hablar de que le dan totalmente en la torre al idioma con su forma de escribir. Yo no los golpearía ni mucho menos, pero creo que algo que tiene ese origen tan absurdo y comercial, simplemente desaparecerá, como pasa ahora con casi todo, en cuanto a alguien se le ocurra decir que ahora «la onda» es «happy» y todos van a andar en colores pastel y riéndose por doquier.
Así que: «que no muera el movimiento emo! (ese ya se murió)»